viernes, 12 de diciembre de 2014

Acerca de la maternidad y el puerperio


La maternidad es un salto al vacío. Un salto que nunca vas a saber cómo es antes de experimentarlo. Es como el parto. Puedes escuchar miles de historias, saber lo que ocurrirá en términos fisiológicos, pero nada se compara a lo que uno vive en carne propia.

Para mí la maternidad ha sido una escuela. La mejor escuela que he tenido. Y la mejor escuela que tendré. Me permito vivirlo desde esa manera, como un constante aprendizaje, un permanente estado de reflexión y un camino de autoconocimiento profundo y verdadero.


La importancia de vivir el puerperio acompañada (y sostenida emocionalmente)

Una de las cosas más importantes que aprendí en este periodo, es que una madre puérpera necesita compañía, apoyo emocional, y ayuda en las labores de la casa. Esto último es primordial y no hay que restarle importancia por más mundano que parezca. Si la casa está limpia, la ropa planchada, hay comida caliente, pues entonces puedo enfocarme 100% en mi hijo que acaba de nacer. Es una cuestión de lógica, pero a veces sucede todo lo contrario y las mujeres puérperas deben “atenter” constantes visitas durante estos primeros meses. Una mujer recién convertida en madre necesita que la maternen para poder maternar. Creo que esta frase resume muy bien cuáles son las necesidades vitales de una mujer puérpera. Amor, cariño, escucha, compañía, protección, contención, masajes, risas, regaloneo, una caminata, un abrazo, una comida rica, que la escuchen sin juicios. Si nos damos cuenta, no es muy distinto a lo que una madre podría entregar a su hijo.

 

Creo que falta una cultura de maternaje, una sociedad que incluya a las madres y sus hijos en  todos los ámbitos de la vida y sea capaz de proveer las condiciones necesarias para que esta diada pueda simplemente ser. Tendemos  a aislar a las madres y sus hijos, no pueden ir a las oficinas, muchas veces me atrevería a decir que es mal visto ir a ciertos cafés o restaurants, sencillamente no son bienvenidos, tanto por los dueños como por la gente que ahí está. Vivimos en una cultura que no soporta el llanto de un niño. Creo que eso está bien, el problema es que no nos hacemos cargo, “ese niño le pertenece a otro” como si fuera un bien y ni siquiera nos atrevemos a intervenir, contener, preguntar o simplemente ofrecer una cálida sonrisa.

 

Necesitamos entonces, generar más espacios de encuentro, donde las guaguas y niños no sean vistos como un estorbo o algo que hay que callar, donde las madres puérperas sean bienvenidas con sus bolsos, mochilas, portaguaguas, coches, pechos, mamaderas, pañales y mudadores. Un espacio calentito donde ellas se sientan parte de esta sociedad, un lugar donde sientan que el trabajo que hacen, el de cuidar y alimentar a sus hijos con amor, es la pega más maravillosa y más importante del mundo. Porque sin ellas, no estaríamos aquí.


Abrazar las sombras
 

Una de las cosas más potentes que hice durante mi puerperio fue enfrentar mi lado más oscuro. Ese lado que uno no quiere ver, que esconde, que tapa. Siempre buscamos justificaciones para actuar, reaccionar o ser de cierta manera, pero la verdad es que si uno se hace consciente de sus sombras, la vida puede iluminarse de maneras inimaginables.
 
 

Cuando las cosas se nombran, se hacen reales en nuestro consiente y este simple ejercicio, si lo hacemos correctamente, tiene un impacto profundo en nuestras vidas. A medida que vamos trabajando nuestras sombras, estas van tomando forma, y de esta manera podemos verlas frente a nosotros, ya no como ideas difusas, sino que vemos el efecto real en nosotras mismas y en quienes nos rodean. Solo atreviéndonos a observarnos de verdad, sin mascaras ni justificaciones, seremos capaces de comenzar un trabajo de crecimiento personal. La tarea no es nada de fácil, requiere que transitemos por lo más oscuro de nosotros mismos, caminando firme y serenamente- Como dijo una vez un astrónomo japonés “Hace falta mucho valor para mirar dentro de uno mismo”.

 

Comprender la naturaleza de los niños
 


Sabemos tan poco acerca de la naturaleza humana, tan poco de los procesos vitales del ser humano, que por supuesto sabemos poco y nada acerca de las necesidades de las guaguas y niños. Estamos llenos de prejuicios e ideas preconcebidas en torno al nacimiento, lactancia, sueño, alimentación y desarrollo infantil. Los adultos tenemos que comenzar a hacernos preguntas ¿qué necesita mi hijo? ¿Qué le puedo entregar? ¿Realmente lo estoy viendo? ¿Estará bien esto que estoy haciendo? ¿Me estoy escuchando o estoy repitiendo patrones?

 

 

 Hoy con tanta información disponible en la web, debemos ser cuidadosos en donde nos informamos y con quien lo hacemos. Existen muchas miradas distintas, algunas conductitas, adultrocentristas que se disfrazan de “ser lo mejor para el niño”.  También creo que hay que estar atento a lo que nos dicen los supuestos especialistas, ya que la mayoría de los pediatras por ejemplo, no tienen conocimientos actualizados sobre lactancia materna y  sueño infantil, por tanto, creo fundamental que los padres se empoderen, se informen y aprendan de buenas fuentes que es lo más sano para sus hijos.
 
 
 Cuando nació mi hija Antonia, comencé a ver la vida con otros ojos, con ojos de niño. Este cambio de mirada fue fundamental porque me hizo ponerme en su lugar y buscar las herramientas necesarias para poder criarla en forma sana, amorosa y natural.
 
 
 Los padres de hoy tenemos una responsabilidad mucho mayor, el mundo hoy está cambiando, la alimentación, los ritmos, los trabajos, la comunicación, todo es mucho más rápido, desechable y violento.
 
Nunca antes vimos tanto plástico alrededor de nuestro niños, tantos alimentos tóxicos llenos de azúcar y sal, tanto consumo, tantas redes sociales, tantas imágenes, tanto, tanto, tanto.
 
 
Hay que aquitarse. Y eso cuesta. Hay que hacerlo por ellos y por nosotros mismos.
Buscar los ritmos de nuestros niños. Los ritmos de la naturaleza. Buscar las cosas simples. La belleza de sentir, pensar y amar. Desconectarse de todo para poder conectarse con ellos. Sentir para poder ser.  Es un trabajo maravilloso si se tienen las ganas y la voluntad de tomar las riendas de nuestras vidas.
 
 
 Recordar que el ser humano es intrínsecamente amoroso y que guarda una bondad en su interior es algo que nos recuerdan nuestros hijos y que nos sirve de guía en este largo camino.
 
 
Intentar vivir una maternidad consciente
 
 
A las mujeres nos pasan cosas importantes durante la maternidad, en la gestación descubrimos que somos diosas, que podemos crear y acunar vida, esto nos ilumina, nos llena de energía. Luego en parto, descubrimos más y más cosas sobre nosotras mismas y nuestras capacidades de dar y amar. Durante el puerperio como me dijo una querida amiga “nos sentimos revueltas”, así como si nos hubieran sacudido y estuviéramos tratando de entender que nos pasa.  Este camino por cierto no es el más fácil, pero es el más enriquecedor y el que te llevara más lejos. Lo que uno gana cuando se conoce más a sí misma, es libertad para poder ser fiel a lo dicta nuestro corazón. Porque la evolución es dar un paso en la conciencia. No basta solo con ver, sino atreverse.
 
 
Ser madre como decíamos en esta sociedad, es una tarea compleja, debemos convertirnos en “superwoman” y cumplir con todo y con todos. La sociedad en su conjunto, nos presiona para que nuestros hijos crezcan rápidamente. Dejar el pecho, comer alimentos, caminar, dejar los pañales, dormir solo y “de corrido” son seudo metas que nos imponen desde afuera. Las clásicas preguntas que toda madre conoce o ha conocido “¿todavía le das pecho?, ¿y todavía no duerme solo?, ¿y todavía usa pañales? La pregunta vendría bien siempre y cuando omitiéramos el irritante “todavía”.
 
 
Los tiempos señores para cada niño y madre son personales e individuales. Las madres somos permanentemente juzgadas por la sociedad y no tenemos el valor social que merecemos. Al fin y al cabo somos las que sujetamos emocionalmente a las nuevas generaciones y cada nueva familia.

 
 Me parece importante recalcar que a medida que revisemos nuestras sombras y nuestra historia real, seamos capaces de ver paralelamente todas nuestras luces y las luces que iluminan a quienes nos rodea. Transitar este camino, pudiendo ver ambos lados, es vital para poder sentir compasión y ternura por uno mismo y por nuestros seres más queridos.
 
 
Si nos enfocamos solo en lo malo, es posible que nos quedemos varadas mucho tiempo en este sentimiento de amargura y desilusión, y que nos cueste mucho ver el todo de esta situación. La felicidad es una decisión de vida. Es un estado interior y por tanto debemos cultivarla y cuidarla cada día. Si me quedo estancada en situaciones del pasado y no soy capaz de soltar ni perdonar, pues no avanzo, y perdemos todos.
 
Incrementar nuestra emociones sanas como la empatía, el altruismo y la compasión es un entrenamiento diario que exige cultivar una lucidez sistemática que nos permita cambiar nuestra interpretación del mundo y nuestra forma de vivir, solo de esta manera podemos modificar nuestros estados de ánimos que nos llevaran a una verdadera transformación. Cada día es una oportunidad de crecimiento y una oportunidad de alcanzar un bienestar interior. Ser la mejor versión de uno mismo puede transformarse en una tarea para toda la vida.

(extracto de mi último ensayo para el Postítulo "Parto, nacimiento y gestación consciente: el arte y la ciencia de rescatar lo natural")


 


 

sábado, 23 de agosto de 2014

La maternidad y la busqueda del trabajo más humano.

Si nuestras bisabuelas se enteraran que por opción propia estamos eligiendo criar en vez de trabajar (en el sistema formal), más de alguna se revolcaría en su tumba por todo el sacrificio en vano.
 
Pero déjenme decirles que no fue en vano. Gracias a ustedes pudimos acceder a la universidad y posteriormente a trabajos remunerados que nos llevaron a entender que este mundo, así como fue construido no es para nosotras ni para nuestros hijos. El trabajo de hoy mata la relación madre e hijo. Si, mata lentamente como un veneno. La vida así como se nos vende hoy en día no es para humanos, sino para maquinas que no deben sentir nada.
 
El trabajo de hoy nos hace sentir culpables, poco productivas, poco eficientes, inseguras.
Largas distancias que recorrer, jornadas extensas, burocracia, politiquismo, machismo, falta de aire, espacios artificiales oscuros y cerrados, bajas energías en el ambiente, competencia, rivalidad, luchas de poder.
 
¿y en qué lugar está nuestro bienestar y el de nuestros niños? ¿ en qué momento del día me conecto con mi hijo si estoy a kilómetros de distancia? ¿Cómo lo hago para que los otros entiendan que tengo una necesidad biológica de tocar, besar y sentir a mi hijo? Cómo lo hago para hacer entender que los primeros años de vidas son la base emocional de cualquier criatura humana y que por tanto es primordial el acompañamiento cercano y presente de su madre?
 
Pues es fácil (y difícil), me salgo del sistema. Elijo.
 
¿Y qué podemos hacer entonces para hacer de nuestras vidas más humanas?
 
Debemos crear nuevos trabajos donde podamos estar con nuestros hijos o que al menos ellos puedan estar cerca, debemos intentar establecer nuevas formas de generar intercambios, de producir cadenas de favores entre mujeres,  generar nuevas maneras de concebir nuestras necesidades, realmente que es lo que yo necesito? debemos estar atentas a lo que nos vende el poderoso marketing,  debemos preguntarnos, cuestionarnos constantemente para así cambiar nuestra mirada y desarrollar una nueva forma de vida. Más humana, más amorosa, más conectada, más consciente.
 
 
Necesitamos una revolución. La revolución de las madres.

viernes, 22 de agosto de 2014

¿Te has preguntado que siente un niño que está por nacer?



Desde mi rol de mujer-madre intento estar informada y ser consciente, y desde ese lugar puedo intentar cambiar la mirada de otras mujeres.  Podré quizás hacerlo con mis hijas, hermanas, amigas, primas, vecinas y conocidas. Para esto es fundamental comprender el gran vacío de información que existe en torno al parto y nacimiento.


El común de las personas, mujeres y hombres, piensa que existen 2 formas de parir; a través de un parto “normal” que realmente es un parto vaginal con intervenciones médicas y a través de un cesaria,  una de las operaciones quirúrgicas más famosas del mundo. Excepcionalmente algunas personas identifican otra forma de parto menos medicalizada, conocido como el “parto sin anestesia”, de este último poco y nada se sabe de él.


Partiendo entonces de esta premisa tan simplista y superficial, uno de los intentos por sensibilizar a mujeres sería abordar el parto y nacimiento desde la perspectiva del bebé que está por nacer. Qué diferente seria ponernos en los “zapatos” de nuestros hijos, incluso mucho antes de ser madre! Qué distinto sería vivenciar esta experiencia desde “adentro”!

 
Calidez, seguridad, alimento, refugio, protección, así es el vientre materno, algunos lo llaman el eterno paraíso, ese lugar maravilloso donde todo fluye, donde el bienestar es permanente. ¿Te has preguntado alguna vez como sería experimentar un nacimiento desde la perspectiva de un bebé?  

 
Todos comienzan así:

“Me siento tranquilo, estoy a gusto en este lugar, la luz tenue, temperatura ideal, la voz tranquilizante de mi madre, alimento cada vez que necesito….”

 

Cesárea

“…..pero hoy algo va a ocurrir, lo presiento,  siento la voz de mi madre, ella esta nerviosa, ansiosa,  algo va a pasar, yo no sé que, yo no quiero salir aun, estoy bien aquí, todavía falta……pasan las horas….de pronto siento un huracán, ruidos, luz intensa, frío, incomodidad, que está pasando..!!!…me toman bruscamente de un pie y siento como me levantan, no puedo abrir los ojos, la luz es intensa, me quema el frío, no escucho la voz de mi madre, que ocurre!!! Por favor quiero a mi madre!!! Necesito a mi mamá!!!  Si tengo suerte me pondrán cerca de ella y podré mirarla a los ojos y enamorarla, si tengo suerte podré tomar pecho, si tengo suerte podré dormir con ella….”

 

Parto “normal” (vaginal inducido)

“Mi madre están angustiada, le dicen que yo tengo que haber nacido, pero aun no estoy listo, me falta todavía un poco más en este lugar….y ahora con más razón, si ella esta angustiada es porque algo ocurre y todavía no es hora de nacer…..”

Pasan las horas y comienzo a darme cuenta que algo esta pasando y no sé bien que és, algo ha comenzando a ocurrir en este lugar, siento que el cuerpo de mi madre me quiere expulsar, pero aún no estoy listo, esto es un trabajo de dos y yo no he dado señales!!, tengo que soportar  horas de contracciones muy rápidas, fuertes y dolorosas, no me da tiempo para descansar, esto no es normal!!!, de repente me siento lánguido, pierdo un poco mis fuerzas, me da sueño, no puedo seguir avanzando, no sé que ocurre, me quedo un buen rato ahí y de pronto siento abruptamente algo frío y duro en mi cabeza que me apreta y me tira hacia afuera!!!Siento mucho dolor y miedo!!! Que esta ocurriendo!! Quiero a mi mamá!! Me toman unas manos duras y frías, me extienden y me frotan con algo áspero, duele!, Estoy nervioso y lloro, por favor necesito estar con mi mamá!

 

Parto “natural” o fisiológico

“Hoy es el día, hoy elijo nacer, quiero conocer a mi madre, ya ha pasado el tiempo suficiente y estoy listo. Le avisaré sutilmente para que comience a preparar el encuentro, tengo tantas ganas de verla!!! Lentamente comienzan las contracciones, mi madre se alegra, esta contenta, siente que voy a nacer pronto, yo me pongo contento también, es contagioso! Van pasando las horas, voy avanzando por este túnel que lentamente se comienza a abrir, se exactamente por donde pasar, mi intuición me lo dice, es un viaje hermoso, mi madre se mueve en círculos, su pelvis se abre poco a poco, sin presiones, ni apuros, todo fluye….viene una contracción la sorteo y luego siento un éxtasis de placer, y así nos vamos, como las olas van y vienen, van y vienen, es placer, es dolor, es un viaje al encuentro del amor más puro, al amor más infinito y poderoso. Al amor que todo lo puede…. Ya estoy llegando al final, mi madre canta, grita y  se ha movido en infinitas posiciones y ha logrado abrirme el camino, ya estamos listos, ya estoy aquí en la puerta del paraíso para conocerla….me lanzo hacia ella con toda mi fuerza,  siento una energía poderosa que me envuelve, salgo disparado, ella esta en éxtasis, me toma y nos miramos a los ojos, ni pestañeo, ella sonríe, llora, ella se enamora, me mira y se enamora para siempre”.


 

¿Se dan cuenta de las enormes diferencias? ¿Creen que existen más implicancias a corto plazo por ejemplo en relación a la lactancia o el apego?, ¿habrá más repercusiones a largo plazo, por ejemplo, en la salud, bienestar o capacidades de nuestros niños?

 ¿De qué estamos privando a estás nuevas generaciones que nacen por cesárea o parto inducido? ¿Qué les estamos regalando a nuestros bebes cuando nacen en forma natural o fisiológica?

(extracto de mi ensayo para el Pos título "Parto, nacimiento y gestación consciente: el arte y la ciencia de rescatar lo natural")

viernes, 4 de julio de 2014

Crianza, necesidades y el futuro de los niños

No es que la gente no sepa de crianza, la gente cría como puede y como cree que es la mejor forma. Normalmente de la misma forma cómo lo criaron sus padres o como vio que se hacia en su circulo más cercano.

A menudo el instinto maternal/paternal aparece al principio, sobre todo en la mujer gestante, sin embargo, en la mayoría de los casos, la sociedad en su conjunto, borra todo esfuerzo por seguir su propia naturaleza.

El gran problema radica entonces en que la gran mayoría de las personas sabemos poco y nada acerca de las necesidades reales de las guaguas y niños, y nuestro instinto como ya vimos, es rápidamente neutralizado por convenciones sociales.

¿y yo me pregunto entonces, si falla nuestro instinto, si falla la sociedad, que nos queda por hacer?

Y aquí estoy. Tratando de contestarme esa pregunta.






jueves, 12 de junio de 2014

Semana Mundial del Parto Respetado 2014

Parir es poder
Parir es amor
Parir es libertad
Parir es entregarse
Parir es liberarse
Parir es morir
y volver a nacer
 
 
 
 
 

sábado, 5 de abril de 2014

Cuando ser mamá se transforma en una oportunidad de cambio y crecimiento personal

Cada día compruebo y conozco a más mujeres que viven esta instancia, la de ser madre, cómo una verdadera oportunidad  de cambio y crecimiento personal.

Pero ¿qué es lo ocurre? a mi juicio todo comienza en la gestación. Es ahí cuando comenzamos a cuestionarnos, a preguntarnos, a indagar, a informarnos, a escucharnos. Hay "cosas" que sentimos que no encajan, que nos incomodan, que no nos dejan tranquilas. No nos cuadra que depositemos toda nuestra confianza en otros, en el saber de otros (médicos obstetras, amigas, madres, etc) si somos NOSOTRAS las que estamos gestando vida. Una vida nueva y única que depende en gran medida en nuestra capacidad de DESAPRENDER.

Queremos que nos devuelvan nuestros partos. Queremos que nuestros hijos decidan cuando nacer. Son ellos los que nacen y nosotras las que parimos. No queremos que nos manipulen, que intervengan, que nos digan que es lo mejor para nosotras, porque sabemos e intuimos que es lo mejor para nosotras y nuestros hijos.



Poco a poco empezamos a confiar en nuestros cuerpos (que somos nosotras) y en nuestros hijos que están en gestación. Nos damos cuenta que nos parecemos más a la naturaleza, que somos cíclicas, dadoras de vida, poderosas, mamíferas. Sentimos que nuestros hijos saben cuando llegar al mundo. Ellos son sabios, son perfectos.

Después de su nacimiento comienza la lactancia, y es otra prueba más de que todo lo que nos inculcaron NO ERA CIERTO. La lactancia es más que alimento. Es entrega, es compañía, es cariño, es amor en el estado más puro. Es una oportunidad para dar y dar y volver a dar. Y a veces nos volvemos locas, y nos puede doler porque no sabemos como hacerlo y no tenemos el soporte emocional necesario. Pero si somos astutas buscando la ayuda perfecta y aparece en el momento oportuno y nos salvan, nos dan las alas para volar. Logramos establecer una buena lactancia. Somos felices y nuestros hijos más.



Y "descubrimos" cosas preciosas como el porteo y el colecho, y los abrazamos porque nos gustan, porque nos hacen sentir cómodas, porque nos unen como familia. Y seguimos en nuestra búsqueda interna, cuestionándonos lo establecido, lo "normal", lo socialmente aceptado. Nos sumergimos en nuestra historia personal, buceamos y empezamos a recordar nuestra verdadera infancia, no la que nos contaron. Y asi seguimos, por meses, y meses, creciendo juntos a nuestros hijos, buscando nuestra verdadera esencia, nos sacamos las mascaras, los personajes. Dejamos fluir. Soltamos y avanzamos.



miércoles, 26 de marzo de 2014

Crianza respetuosa - ¿conoces la web de Chile Crece Contigo?

Hoy les quiero presentar un sitio web que me ha gustado mucho. Se llama  Chile Crece Contigo, y corresponde al Sistema de Protección Integral a la Infancia, organismo que tiene como misión acompañar, proteger y apoyar integralmente, a todos los niños, niñas y sus familias.



Es un sitio muy bien organizado, donde encontrarás información muy valiosa sobre crianza respetuosa, lactancia, alimentación, sueño infantil, manejo de pataletas, etapas del desarrollo infantil, entre otros temas.



Les dejo algunos cosas interesantes que pueden leer: